El Cap de Creus y Cadaqués

Si consideramos Catalunya un triángulo, este es uno de sus vértices. El punto más oriental de la península, donde el Pirineo se adentra en el Mediterraneo. El Cap de Creus. Punto de inicio y final de una de las rutas más clásicas, la transpirenaica, y un destino en moto imprescindible para cualquiera que disfrute de las dos ruedas, del mar, y de la Costa Brava.

Cómo llegar

Podemos ir al Cap de Creus desde dos lugares: Roses o Port de la Selva. Ambas carreteras son muy divertidas para hacer en moto, a pesar que la de Roses es más fluida y un poco más amplia, y la de Port de la Selva está formada por curvas más cerradas.

Es curioso serpentear por estas carreteras y pensar que estamos a escas distancia del mar, ya que bien podrían ser carreteras de los Pirineos que, de hecho, mueren en este lugar, hundiéndose bajo el mar.

Sea cual sea el origen que hayamos elegido, iremos a parar a una pequeña rotonda desde la cual arranca la carretera que nos llevará a Cadaqués, y desde allí al faro.

Cadaqués

Al Cap de Creus tan sólo se llega desde Cadaqués, que a su vez también es un destino que merece que nos paremos o hacer escala en él. Es un pueblo muy ligado a la figura de Salvador Dalí.

Cadaqués combina el hecho de ser un pequeño pueblo con una costa abrupta, donbde todo es subida y minúsculas calas, pero lo mejor son las calles y plazas que podemos disfrutar caminando o con la moto a escasos metros del mar. Al respecto hay que decir que si entramos en Cadaqués y nos dirigimos al casco antiguo, cuando llegamos a la Plaça del Passeig, justo delante del mar, hay un grandiísimo aparcamiento para motos privilegiado, de modo que podremos dejar la moto directamente en el que podríamos decir que es el mejor lugar del pueblo.

Una vez allí no nos faltarán terrazas para tomar alguna cosa, restaurantes o incluso hoteles donde pasar la noche y disfrutar de Cadaqueś con traquilidad.

El Cap de Creus

Pero vamos al Cap de Creus, que es de lo que se trata. En la mismo rotonda donde llegamos a Cadaqués podemos sweguir las indicaciones que finalmente nos llevarán al cabo.

El camino es estrecho, sin carriles separados y con un asfalto que no es muy bueno, sin llegar por ello a ser una Parrada. Es un camino que se hace lentamente, sobretodo porque las vistas que tendremos nos invitan a disfrutarlas poco a poco, ya que está lleno de pequeños rincones que tal como descubrimos desaparecen.

El Faro del Cap de Creus

Al final de nuestro trayecto encontraremos el Faro del Cap de Creus. Ya el 1385 existía una torre de vigía en este lugar, que fue reconstruida en varias ocasiones hasta que el 1847 se decidió establecer allí un faro. Éste se inauguró el 1853, siendo el segundo faro más antiguo de Catalunya.

Este faro aún sigue en activo, ya no luce los colores rojo y azul que lo identificaban a inicios del Siglo XX, sinó que es un edificio completamente blanco.

Las vistas desde este punto son provilegiadas. Comtemplar el Mediterráneo a nuestro alrededor, estando en un saliento rocoso como este, que crea pequeñas calas a nuestros pies es un auténtico privilegio.

Tomar un café

En el mismo edificio del Faro encontraremos un bar. Siempre que paso por allí tengo que pararme para tomar un café y saborearlo lentamente disfrutando de ese lugar. El café es caro, y dista bastante de ser el mejor que haya probado, pero es de aquellos casos en que el escenario lo es todo.

El Restaurante

Un poco más tierra adentro hay otro edificio de color terroso, donde encontraremos el Restaurante Cap de Creus. Este ya es un lugar más caro donde comer, con una estética cuidada, donde recomendamos reservar si tenemos pensado ir.

Además, en el Cap de Creus

Aprovechando que este artículo se publica un primero de enero, me gustaría comentar que un amigo mío, David, con su grupo tienen la costumbre de ir a este punto para ver salir el sol el día de año nuevo convirtiéndose así en los primero en ver la salida del Sol. Espero un año poder añadirme.

Galeria de imágenes del Cap de Creus

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